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Discurso de Orden

CUADRAGÉSIMO CUARTO ANIVERSARIO INSTITUCIONAL DE LA UNIVERSIDAD CATÓLICA DE SANTA MARÍA

La universidad es la organización social más exitosa que haya podido inventar el hombre en la edad media; organización que ha desplegado su influencia hasta la actualidad y cuyos antecedentes más valiosos los tenemos en las Escuelas de filosofía atenienses del siglo IV a.C.; sin embargo como institución nació en la edad media, entre los siglos XI y XII. La enseñanza que impartía, sin embargo se hizo dogmática, y avanzado el tiempo, Napoleón, le dio el carácter estatal con una intención utilitaria y profesionalizante diferente al concepto medieval, pero a su vez, permitiendo que el Estado le utilice como aparato ideológico; de este modo entonces con el transcurso del tiempo, la universidad fue distanciándose de su ideal de autonomía, del que gozaban sus antecesores.

De esto, se tiene entonces que desde que aparecieron las universidades, han librado una dura batalla por su autonomía y libertad; infiriéndose que el desarrollo de las universidades no ha sido un proceso tranquilo ni uniforme, sino lento, irregular y hasta violento, la universidad ha sido entonces como ahora, el reflejo de lo que sucede en la sociedad; de esto entonces rescatamos como primera idea que: La universidad no es la que moldea a la sociedad sino al revés, esto reviste especial importancia, en tanto proceso inverso, debe reconocerse que la universidad debe atender las necesidades que la Sociedad le plantea.

En el Ranking de Universidades a nivel nacional en el año dos mil quince, la Universidad Católica de Santa María aparece ubicada en el puesto N° 16 como la primera de las universidades de Arequipa, posición a la que ha ido escalando en los últimos años, y si bien aquello puede llegar a congratularnos, no podemos evitar la preocupación que nos produce el constatar que, la Pontifica Universidad Católica del Perú, la mejor ubicada de nuestras universidades a nivel nacional, aparece recién en el puesto N° 1000 conforme al Ranking Académico de las Universidades del Mundo en el año dos mil quince, muy a la saga, como en general ocurre con las Universidades Latinoamericanas.

Esto obliga a reflexionar y preguntarnos sobre las posibles causas de esta realidad de la universidad peruana y en general la latinoamericana, siendo que es muy probable que, esto se deba a que, a partir de los años ochenta, se ha producido a nivel mundial una fase de transiciones múltiples, un reordenamiento general del sistema de poder, acompañada de transformaciones fundamentales en la producción material, y organización social, la revolución informática y sus efectos en el mundo del trabajo y la cultura, la globalización del intercambio y la interdependencia de los mercados financieros; asimismo se ha transitado de regímenes autoritarios a formas de poder civil democráticas; estas transiciones han influenciado en todos los ámbitos de la sociedad, y por supuesto las instituciones universitarias han resultado afectadas o apoyadas, según las circunstancias.

Estos cambios han generado nuevas exigencias y demandas en los sistemas de educación superior, en tanto su papel clave en la generación de conocimientos y formación de personas con capacidades de desempeño en el nuevo entorno, exigencias que no habrían podido ser asumidas adecuadamente por muchas o la mayoría de las universidades, cuya calidad de servicios vienen continuamente siendo cuestionadas, determinando su rezago paulatino en los rankings señalados, y que sin embargo, esta Superior Casa de Estudios, la Universidad Católica de Santa María, en relativa medida, ha logrado contrarrestar, verificando ello en su continua mejora en su posicionamiento a nivel nacional.

Sin lugar a dudas, son las exigencias de las sociedades cambiantes, las que obligan a la adecuación de las instituciones universitarias; así en el panorama reseñado, solo cabe reconocer la urgencia de nuevos modelos de desarrollo universitario, con las particularidades que cada región y nuestro país requieren, planteándose en general grandes retos como:

  • Contribuir a que las naciones cuenten con las capacidades científicas y tecnológicas suficientes para competir eficazmente en una economía mundial globalizada.
  • Formar cuadros profesionales y técnicos que las nuevas estructuras de producción y servicios del país requieren.
  • Contribuir en el debate sobre la definición de las opciones de política económica, de modelo de desarrollo social, de gobierno y participación ciudadana, entre otros.
  • Apoyar los procesos de cambio en aspectos tales como la dinámica poblacional, el empleo, la distribución de los servicios de salud y educación, la impartición de justicia y el respeto a los derechos humanos, así como la preservación del medio ambiente y el patrimonio cultural nacional.

El afrontar estas nuevas exigencias, requiere que la universidad cuente con los recursos como instrumentos y espacios que le permitan cambiar y renovarse en forma continua, pero también organizada y sistemáticamente, recursos y políticas universitarias, a las que sin lugar a dudas, la Universidad Católica de Santa María, desde su fundación, se ha abocado y orientado sus esfuerzos, conforme el noble legado de su fundador, el Padre William Morris, quien desde aquel momento ha encaminado sus esfuerzos prioritariamente a la enseñanza, la investigación y la formación de profesionales capaces de orientar las políticas sociales y de gestión con humanismo; y cuyos resultados desde luego se han ido verificando y entre los que somera, y únicamente a modo de referencia, y con las disculpas, por las omisiones, que por cuestión de tiempo, nos impide desarrollar en detalle, podemos mencionar a uno de los actualmente destacados exalumnos, Ricardo Gonzales Valenzuela, egresado del Programa Profesional de Ingeniería de Sistemas, uno de los ganadores del XIII Concurso Nacional de Inventores por su invento "Transformador de Energía Hidráulica" y en la 43 Feria Internacional de Invenciones de Ginebra (Suiza); asimismo se tiene a destacados ex alumnos en altos cargos del Estado, en el Gobierno Regional, en la Academia de la Magistratura; en el Poder Ejecutivo, así como congresistas y magistrados de los distintos niveles en el Poder Judicial; así como en distintos Organismos Internacionales, quienes están asumiendo Liderazgo en el ámbito en el que desempeñan sus funciones, debido a la formación obtenida y que debe servir de ejemplo para las nuevas generaciones de estudiantes.

Pero estos logros, insuficientemente reseñados, deben ser considerados humildemente, a fuerza de las consideraciones iniciales, por cuanto lo obtenido, no es en sí mismo metas concluidas; la universidad se deben a su entorno y es este quien le reclama desplegar sus funciones, la generación de información vía investigación en torno a la problemática y a la previsión del devenir de su sociedad a efectos de lograr su desarrollo en estabilidad.

Particular significancia reviste, el hecho que hace casi cincuenta años, existían en nuestro país sólo diez universidades, nueve de ellas eran públicas. Hoy, Perú cuenta con aproximadamente noventa y dos universidades, donde treinta y seis son del Estado, lo que denota el incremento que ha tenido el sector privado en la educación, y el crecimiento que el sistema universitario ha presentado en las últimas décadas, precisamente en este tipo de instituciones, como la Universidad Católica de Santa María, de la mano de una, cada vez más creciente, necesidad de conocimiento y preparación académica para afrontar un mundo globalizado altamente competitivo; correspondiendo en momentos recientes, afrontar las nuevas exigencias contenidas en la reciente Ley Universitaria, cual es, el promover el mejoramiento continuo de la calidad educativa de las instituciones universitarias como entes fundamentales del desarrollo nacional, de la investigación y de la cultura, exigencias a las que seguramente, esta alma mater, responderá a la altura de su vocación.

Los problemas están presentes y lo que corresponde a partir de ellos, es mirar hacia adelante con los conocimientos logrados y los que deban generarse, a fin de lograr sus soluciones.

Particular importancia adquiere además entonces, en los tiempos actuales, la posición que asumamos, como alumnos, docentes y egresados, el firme compromiso hacia la investigación científica y al cultivo de valores tan venido a menos en los tiempos actuales, en tanto estos nos permitirán entender las causas y la dinámica del desarrollo de la sociedad, así como en gran medida la previsión del futuro.

Resulta pertinente mencionar a Jacob Bronowski en su obra El Ascenso del Hombre, cuando señala:

“El hombre se distingue de los demás animales por su riqueza imaginativa. Planea, inventa, realiza nuevos descubrimientos, armonizando sus diversas capacidades; y sus descubrimientos se hacen más sutiles e importantes a medida que aprende a combinar sus facultades de maneras más complejas y sutiles.

Es por supuesto tentador – muy tentador para un científico – esperar que las proezas más excepcionales de la mente sean también las más recientes. Y ciertamente tenemos motivos para ufanarnos de algunos descubrimientos modernos.

No obstante, el admirar únicamente nuestros propios triunfos como si carecieran de pasado sería hacer una caricatura del conocimiento. Para la consecución humana y particularmente del científico, el conocimiento no constituye un museo de construcciones terminada; en cada época hay un punto decisivo, una nueva forma de ver y asegurar la coherencia del mundo”.

Cabe aquí también, hacer referencia a otro preclaro científico, Isaac Newton quien en el año 1676 escribió a Robert Hooke:

“Si he logrado ver más lejos, ha sido porque he subido a hombros de gigantes”,

Aunque se refería a sus descubrimientos en óptica más que a sus trabajos más importantes sobre la gravitación y las leyes del movimiento, aquel comentario refleja adecuadamente cómo la ciencia, y de hecho el conjunto de la civilización, consiste en una serie de pequeños progresos, cada uno de los cuales se alza sobre los alcanzados anteriormente.

El destino del hombre, ha hecho que no se circunscriba a ningún ambiente específico y si bien tiene habilidades menos específicas para sobrevivir; empero, la paradoja de la condición humana es su poder de adaptación a todos los medios; entre la multitud de animales que reptan, vuelan, escarban y nadan a nuestro derredor; es el hombre el único que no se halla encadenado a su ambiente. Su imaginación, su razón, sus delicadas emociones y su vigor le permiten no aceptar el medio sino cambiarlo; esto, desde su más remoto precedente ha sido LA INVESTIGACIÓN.

El compromiso permanente de la universidad, de la juventud de sus integrantes, juventud en tanto disiente del status, es la mirada al futuro de su sociedad, asumir con firmeza la vocación de cambio y mejora mediante la investigación.

Joven en el que las ideas se reinventan continua y permanentemente, porque va en procura de la vida, joven porque en su vigoroso corazón, bulle la energía, el amor y brilla la esperanza.

Por tanto, una universidad que se aleja de la investigación y que no atiende a los valores de la Sociedad, afectaría su esencia.

Auguramos muchos éxitos a la actual gestión y con gran esperanza que la Universidad Católica de Santa María en particular, siga siendo referente a nivel Nacional e incluso Internacional

Dr. Johnny Cáceres Valencia

Presidente de la Corte Superior de Justicia de Arequipa.