La ponencia parte de algunas interrogantes: ¿Existe una línea directa entre el Aristóteles griego y el Aristóteles medieval? ¿Cómo llegaron las obras aristotélicas hasta el Medioevo?. Previa una división de la escolástica, se revisa el encuentro del Aristóteles griego con el Aristóteles medieval a través de la vertiente árabe: Avicena, Algazel, Averros, y de la vertiente griega que, desde España, manifiesta el esfuerzo de contar con las mejores traducciones del original griego, las que posibilitaron el ingreso y establecimiento del contenido de las obras de Aristóteles, pues en 1225 la facultad de artes de París incluyó las obras de Aristóteles en el plan oficial de estudios, a pesar de alguna prohibición por parte de algunos sectores de la Iglesia.
"Maestro de aquellos que saben". Dante
¿Existe una línea directa entre el Aristóteles griego (384-323) y el Aristóteles medieval? ¿Cómo llegaron las obras de "el lector" o "la inteligencia" (como le llamaba Platón) hasta el Medioevo? ¿Acaso tales obras fueron estudiadas, comentadas y discutidas en una secuencia cronológica que parta desde el siglo IV antes de Cristo y llegue al siglo XIII? ¿Cómo ingresó la producción aristotélica a los medievales, a pesar de no existir la imprenta? ¿En qué etapa del medioevo llegó Aristóteles, si ésta incluye cerca de 1000 años?
Estas y otras interrogantes nos propusieron el tema: "Aristóteles: ¿conocido en el medioevo?"
Hasta los tiempos modernos, el pensamiento de Occidente estuvo condicionado por un acontecimiento capital: el encuentro del mensaje cristiano con la cultura de la Antigüedad. Todos los grandes problemas intelectuales se relacionan con esta conjunción. Sólo al final del Renacimiento los espíritus se ven dominados por otras preocupaciones, nacidas del choque de la misma sabiduría cristiana, penetrada ya de helenismo, con una concepción de las cosas completamente renovada por el progreso de la ciencia y la técnica; la atención no será dirigida hacia un pasado que sobrevive, sino, hacia un futuro en formación.
Según Ernst Hoffmann (1880-1950) el platonismo genuino no aportó un factor sistemático al edificio de la filosofía. Pues, al estudiar las relaciones existentes entre la antigua tradición paltónico-agustiniana y el aristotelismo de la alta escolástica debe tenerse presente que el libro "Aristóteles" (1923) de Werner Jaeger (1888-1961), ha creado una nueva visión del Aristóteles medieval. Los estudios anteriores a Jaeger, partían de la idea acuñada en el siglo XIX: Aristóteles el "realista", y Platón el "idealista", supuesto que preconcebía una oposición fundamental entre Aristóteles y Platón (Platonismus und Mystik im Altertum, 1935).
Jaeger muestra que "Aristóteles tiene conciencia de ser el primer griego que ha mirado el mundo real con ojos platónicos". Ello nos hace reconocer que la filosofía es por entero la filosofía griega. Pues sus problemas son siempre los problemas del saber y del ser, planteados por los griegos. La exhortación délfica a Sócrates, I???? ???????, conócete a ti mismo, responde a las preguntas ¿quién soy?, ¿dónde estoy?, es decir, ¿qué es ser?, ¿qué es el mundo?. O, ¿qué hago? y ¿qué debo hacer yo en este mundo?
Friedrich Adolf Trendelenburg (1802-1872), ante el imperante idealismo hegeliano, reconoce que el estudio predominantemente filológico-exegético, le permitió: 1) afirmar el origen aristotélico de los términos filosóficos (por mediación de los traductores latinos y los comentaristas escolásticos), 2) poner el estudio de Aristóteles como base de la preparación filosófica (Erläuterungen zu den Elementen der aristotlischen Logik, 1842), y 3) comprender la proyección histórica del aristotelismo, el cual se constituyó en el ideal de las investigaciones particulares que tomaron impulso en su escuela con C. Heider, F. Brentano y sus discípulos: Husserl, Meinong, Scheler. La profundización histórico-filológica les permitió asumir una posición especulativa personal, fundada sobre principios que se inspiran en el pensamiento aristotélico (especialmente lógica, metafísica y ética).
Johannes Hirschberger nos dice que "la investigación histórica de la infiltración aristotélica en el medioevo está, con todo, aún en curso con muchos puntos todavía por aclarar. Para más detalles es obligado remitir a los estudios clásicos (que dan la pauta en la materia) de los edievalistas M. Grabmann, A. Pelzer, R. Pelster, A. Mansion, G. Lacombe y otros... La obra clásica para el Aristóteles de la edad media es el Aristoteles latinus" (1939).
Consecuentemente, podemos aproximar que:
1º Sólo en el siglo XIII se generalizó las traducciones del griego (translatio vetus), especialmente las del dominico Guillermo de Moerbeke (1215-1286) quien también revisó las del árabe o translatio nova. Y si bien no faltó alguna contaminación que creció con el tiempo, el texto se fijó gracias a la imprenta (aunque los editores del Renacimiento introdujeron algún tipo de modificaciones). Significa que en el siglo XIII se produjo la máxima evolución espiritual de la Edad Media; pues, dentro del espacio de la cultura cristiana, el "santo" Agustín es sustituido por el "gentil" Aristóteles.
2º El Occidente latino, junto a las obras genuinas, conoció los escritos pseudoaristotélicos conformantes del corpus aristotélico, y otros. Conoció diversos comentarios griegos: los de Alejandro de Afrodisia (profesor de filosofía aristotélica entre el 198 y el 211), Emistio (317-388, exégeta de Aristóteles), Ammonio de Hermias (s. V d.C.), Simplicio (siglo VI d.C. que ejerció notable influencia en el aristotelismo italiano del siglo XVI), Juan Filopón o el Gramático (s. VI) (????????? = amante del trabajo), Miguel de Efeso (s. XI-XII obispo de Efeso) y de otros; trabajos que no fueron bien vistos por algunos humanistas, que prefirieron las obras medievales por su latín más elegante. Por eso se denominó versio communis o antiqua a las medievales.
3º Los filósofos medievales interpretaron y repensaron a Aristóteles con un sentido nuevo. Tal esfuerzo triunfó parcialmente con Avicena y brillantemente con Tomás de Aquino. La actitud espiritual aristotélica estuvo empujada por el deseo del saber científico, por la pasión del estudio.
4º Se ratificó que el conocimiento humano incluye lo sensible; pues, sin sensación no hay ciencia (nihil est in intellectu quod non prius fuerit in sensu). El hombre no se limita a sentir, elabora la sensación; se acuerda, imagina y se libera de la presencia efectiva de la cosa percibida. Luego, en un nivel superior, su intelecto abstrae la forma de la cosa percibida de la materia a la que está naturalmente ligada; y esta facultad de abstracción es la que permite al hombre hacer ciencia.
Ahora sabemos que la filosofía escolástica ha sido muy grande. Fueron escolásticos quienes llevaron a cabo la educación filosófica de Europa y crearon la terminología de la que nos servimos hoy; son ellos quienes con su trabajo permitieron que Occidente vuelva a tomar contacto con la obra filosófica de la Antigüedad.
Ferrater Mora José, Diccionario de filosofía, 1986
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